El viernes 29 celebramos en nuestro colegio el Día de la Paz. El alumnado preparó un recital de canciones alusivas al tema y algunos profesores-as recitaron poemas .
HOMBRE PLANETARIO (Jorge Carrera Andrade)
Vendrá un día más puro que los otros:
estallará la paz sobre la tierra
como un sol de cristal. Un fulgor nuevo
envolverá las cosas.
Los hombres cantarán en los caminos,
libres ya de la muerte solapada.
El trigo crecerá sobre los restos
de la armas destruidas
y nadie verterá la sangre de su hermano.
El mundo será entonces
de las fuentes y las espigas,
que impondrán su imperio
de abundancia y frescura sin fronteras.
Los ancianos tan sólo,
en el domingo de su vida apacible,
esperarán la muerte,
la muerte natural, fin de jornada,
paisaje más hermoso que el poniente.
HOY HE DADO MI FIRMA PARA
Hoy he dado mi firma para
Bajo los altos árboles de
y a una joven con ojos de esperanza.
Junto a ella otras jóvenes pedían más firmas
y aquella hora fue como una encendida patria
de amor al amor, de gracia por la gracia,
de una luz a otra luz.
Hoy he dado mi firma para
Y conmigo, en cien países, cien millones de firmas,
cien orquestas del mundo, una sinfonía universal,
un solo canto por
Hoy no he firmado el poema ni los pequeños artículos,
ni el documento que te esclaviza,
no he firmado la carta que no siente
ni el mensaje que durará un segundo.
Hoy he dado mi firma para
Para que el tiempo no se detenga,
para que el sueño no se inmovilice,
para que la sonrisa sea alta y clara,
para que una mujer aprenda a ver crecer a su hijo
y las pupilas del hijo vean cómo su madre es cada día más joven.
Hoy he dado una firma, la mía, para
Un mar de firmas que ahogan y aturden
al industrial y al político de la guerra.
Una gigantesca oleada de gigantescas firmas:
la temblorosa del niño que apenas balbucea la palabra,
la que es una rosa de llanto de la madre,
la firma de humildad -la firma del poeta.
Hoy he elevado en una el número mundial de firmas por
Y estoy contento como un adolescente enamorado,
como un árbol de pie, como el inagotable manantial
y como el río con su canción de soberbios cristales.
Hoy parece que no he hecho nada
y, sin embargo, he dado mi firma para
La joven me sonrió y en sus labios había una paloma viva,
y me dio las gracias con sus ojos de esperanza
y yo seguí mi camino en busca de un libro para mis hijos.
Pues ahí estaba mi firma, precisa y diáfana,
al pie del Llamamiento de Berlín.
Parece que no he hecho nada
y, sin embargo, creo haber multiplicado mi vida
y multiplicado los más sanos deseos.
Hoy he dado mi firma para
Está muy bien.
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